Autora: Cristina Martínez /” GRECA”

La piel; además de protegernos y cubrirnos, también es la que nos viste el alma , el espíritu y el ser. La piel que tenemos es la que nos toco tener. No hay otra y eso la hace única. La piel demanda ser amada, conocida y respetada.

“y así como las grietas en la carretera cuentan su historia transitada, la piel carga consigo tu historia” GRECA

Soy Cristina Martinez, me conocen por GRECA. Madre autónoma, empresaria y mujer. Tengo muchos roles y amo cada uno de ellos. Amo mi vida, amo mis días, pero sobre todo y ante todo amo mi piel.

Mi piel lleva 35 años ya casi 36 cargándome y admito que no siempre la amé.

Desde pequeña llamaba mucho la atención. Siempre fui la niña más alta de la clase. Ya para noveno grado media casi 6 pies y el mundo se encargó de dejarme saber cuan diferente yo era, por todo; mi altura, personalidad, gustos y supuesto sobrepeso.

Poco a poco fui construyendo una imagen errónea de mi ser la cual cargué por muchos años. Secretamente lloraba, odiaba mis piernas largas y grandes (ahora no, ahora las amo y ellas me aman), cuando caminaba me encorvaba de manera inconsciente, tal vez buscaba desaparecer y mezclarme en el montón. Años de falta de amor propio me llevaron a buscar una y otra vez ser validada y así medir mi valor.

Al nacer como madre, hace ya 11 años me vi en un espejo distinto, me vi en los ojos de mi sol. ¿Cómo yo iba a enseñarle sobre el amor propio si yo misma no lo conocía, como le iba a decir que se respetara que se conociera y que se amara? Como dirían muchos “se me trancó el bolo”.

Ahí fue cuando tome la decisión consciente de dejarme ser. De amar la piel que tanto me había soportado. Me miraba en el espejo y me decía audiblemente “eres hermosa, eres valiosa”, “nadie, solamente tú defines tu valor y propósito”. Poco a poco me fui convirtiendo en una sola. Mi piel ya no se sentía errónea, incompleta. Ya no era extraña en mi piel, si no que aprendí a amar mis curvas, cicatrices, lunares y estrías. Ellas cuentan mi historia. Conozco mis rincones y recovecos.

Cuento mi historia porque no es única. Día a día veo a mujeres y hombres que viven sus días sin una conciencia de quienes son, ni quienes quieren ser.

Una de mis misiones en esta vida es lograr que las personas se amen, que se conozcan. Esa es la base de todo. Empoderarnos de nuestro ser y sexualidad.

Próximamente estaré lanzando la línea SOY, una línea local de ropa interior que persigue lograr que nos amemos y nos disfrutemos comenzando con lo más pegadito a nuestro interior, la piel.

Soy quien quiero ser,

GRECA