Autora invitada: Angélica Flores
¡Sonríe! Sí, sonríe mientras lees esto, pero no con una sonrisa a medias, sino con una de esas que achinan tus ojos y dejan ver tus dientes de oreja a oreja. Mantén esa sonrisa y permítete disfrutar por varios segundos la sensación que te produce.
Es un hecho, nos sentimos más felices cuando sonreímos; se libera serotonina y endorfinas, hormonas que nos hacen sentir bien y felices. ¿Te habías dado cuenta de lo que provoca en ti una “simple” sonrisa? Ojalá que tu respuesta sea un sí, pero usualmente vamos por la vida en automático desconectadas de nosotras mismas y eso es fatal no solo para nuestras relaciones y desempeño diario, también para nuestra imagen.
Cada día comunicamos un mensaje al mundo de diversas maneras y esto no se limita a nuestra forma de vestir. Con el movimiento Love Your Skin queremos invitarte a conectar contigo desde tu interior para proyectar el amor propio en todo lo que haces y la manera en que te proyectas. Incluso, en aquello que no dices verbalmente. Hay varias formas en las que puedes comunicar tu mensaje y en esta nota te comparto algunas para que te hagas consciente de ellas y comiences a hablar diferente.
Tip
Usa la psicología del color para vestirte. ¿Quieres transmitir tranquilidad y esperanza? Añade verde en tu ropa o accesorios…¿te sientes en paz y armonía? Escoge algo blanco para tu outfit. ¡Juega con esto!
Las emociones
¿Cómo me siento? ¿Qué emociones me invaden hoy? Estas preguntas son clave para decidir qué mensaje estarás comunicando: si estás triste se notará, si estás feliz o emocionada también. Esto se refleja a la hora de escoger tu vestimenta. Si conectas con tus emociones, puedes ir a tu guardarropa y seleccionar un outfit que represente ese estado de ánimo. También puedes comunicarlo a través de tu maquillaje, peinado o accesorios.
El lenguaje corporal
No tienes que hablar…tu postura, la forma en que caminas o te sientas y tu manera de estrechar la mano ya dicen algo de ti. Haz contacto visual positivo, quédate quieta (evita morderte las uñas, pasar la mano por tu cabello, jugar con tu collar…todo esto comunica que te sientes incómoda o ansiosa), sonríe, no tengas miedo de ponerte de pie y levantar tu frente, cuando lo haces aumentas tu confianza e influencia.
Tus rutinas y hábitos de auto-cuidado
Tu apariencia es prácticamente un lenguaje aparte; de hecho, puede aportarte o restarte credibilidad. ¿Lo has confirmado antes? Si te cuidas, se nota…cuando no lo haces, también. Estás contando una historia con tu apariencia. Por esta razón, tener hábitos y rutinas de autocuidado ya establecidos es muy beneficioso no solo para ti, sino para tu entorno.
¿Qué puedes hacer para comenzar por lo más básico? Hidratarte bien (tomar agua e invertir en diferentes productos que cumplan esta función en tu rostro y cuerpo), darte masajes, arreglar tu cabello, manos, pies y uñas, dormir bien, cuidar tus maquillajes y otros productos de belleza (desechar los que ya tienen más de 6 meses de uso), comer lo más “fresh” posible (se valen los “gustitos” de vez en cuando, pero recompénsalos con buena actividad física), regalarte tiempo para no hacer nada (pueden ser 5 minutos diarios), meditar y permitirte pausar para recargar. Estos cuidados se reflejan en tu estado de ánimo y bienestar físico, aplícalos.
Tip
Escucha música relax en cada momento que eliges para pausar y recargar. Descarga AQUÍ el #MeTime Playlist que uso para este propósito; también funciona para meditar. Otra sugerencia: ¡Baila contigo! Es una sensación rica y divertida que te aporta mucha felicidad.
Tus espacios
¿Qué espacios te dan paz y sensación de bienestar? ¿Cuál de estos necesita más atención? Sé honesta con esta respuesta. El guardarropa, tu carro, tu cuarto, tu baño y tu oficina son, probablemente, los espacios con los que más frecuentas y donde más tiempo pasas. ¿Sabías que ellos también son un reflejo de tu interior? Esto es importante, pues de ahí surgen muchas de tus decisiones diarias y la manera en que lucen reflejan o comunican también algo de ti. Tu baño y tu cuarto, por ejemplo, pueden ser dos de los espacios en los que mejor te sientes para pausar y conectar contigo. Ambienta esos espacios con el mismo amor que cuidas tu interior.
Esta es la meta, pero no la alcanzas sin antes hacer el trabajo interior del que tanto te hablo. Antes de llegar a seleccionar tu ropa, asegúrate de saber cómo te sientes y qué quieres comunicar. Comunicas sin decir una sola palabra. Mientras más consciente estés de esta realidad, mejores decisiones podrás tomar para enviarle al mundo un mensaje coherente.
Te invito a sonreír más, amarte desde el interior, pausar para recargar, conectar con tu esencia y hablar diferente, incluso con aquello que no dices.